La tarde del pasado miércoles 5 de julio, se llevó a cabo en Madrid la Reunión de Año Escolar en Estados Unidos. El evento brindó a los estudiantes, que viajarán a USA este año, una valiosa orientación sobre cómo adaptarse a la vida en Estados Unidos y los aspectos clave de su futura inmersión cultural y educativa en el país americano. Durante el encuentro contamos con la presencia de nuestros estudiantes del año pasado que, además de contar sus experiencias a la nueva promoción de alumnos, pudieron abrazar y agradecer a cada uno de los miembros del equipo CIDI, la profesionalidad y el apoyo brindado a cada alumno durante su aventura estadounidense.

La voz de la experiencia

Alaska, de primeras, parece frío e inhóspito; sin embargo, para Raúl (4º ESO – Alaska) fue el lugar más cálido al que podría haber ido por el cariño con el que fue recibido en su familia de acogida, así como, por las amistades que estableció durante su curso; amigos que, a día de hoy, ya son familia. “Eres tú quién debe dar el primer paso”, recomendaba a los futuros estudiantes, porque, al igual que cuando llegas a un lugar donde ya hay personas, saludas tú el primero; en esta experiencia debe ser el estudiante de intercambio el que salude de primeras a los que se convertirán en su familia los próximos meses. 

De la misma manera, Iría, quien vivió su experiencia en Nevada (1º Bachillerato – Las Vegas), recomendó encarecidamente, a los futuros estudiantes, que participaran en actividades extracurriculares y que explorarán diferentes opciones para ampliar su círculo social. Sus palabras resonaron en los corazones de los presentes, despertando el interés por involucrarse en el entorno escolar de una manera más activa.

Asimismo, la confianza fue uno de los temas más mencionados por los estudiantes del año pasado. Carla L. (4º ESO – Alabama), resaltó la relevancia de tenerla en el núcleo familiar porque al final del día, con sus más y sus menos, lo más importante es la sensación de “volver al hogar”; un sitio seguro donde nada malo puede pasar. Con madurez, también aseguró que “es importante no comparar tu experiencia con la de nadie, pues lo realmente importante no es el lugar sino la gente”. Sus palabras transmitieron la importancia de cultivar relaciones auténticas y de valorar la diversidad de las personas que se encuentran en nuestro camino.

Sin embargo, un año da para mucho y la realidad no es un “cuento de hadas”, decía Carla P. (4º ESO – Mineápolis), quien tuvo que adaptarse a un cambio de familia durante su estancia en Estados Unidos. Esta circunstancia es poco probable, pero no imposible; y cuando ocurre lo más importante “es tener una actitud positiva porque todo forma parte de la experiencia lejos de tus padres”, decía. Al final, en su opinión, “salir de tu zona de confort te ayuda a crecer, a madurar”. Tras el cambio, Carla P. se sintió cómoda y su estancia con la nueva familia resultó ser particularmente enriquecedora. Su historia fue un recordatorio de que incluso en situaciones desafiantes, se pueden encontrar oportunidades para aprender y adaptarnos a los cambios.

El futuro académico 

El miedo a la incertidumbre académica es otra de las cuestiones que más suele preocupar a los futuros estudiantes. ¿Qué pasa con mis estudios después de cursar un año académico en Estados Unidos? ¿Estaré al nivel cuando vuelva a España? ¿Podré hacer el siguiente curso sin inconvenientes? Estas son algunas de las cuestiones que plantearon los antiguos alumnos a los nuevos, porque son preguntas que ellos se harán, si no se las han hecho ya. Para tranquilizar a la nueva promoción, ante estas dudas, alumnos como Beatriz (Washington), recordaron que aunque el nivel en EE.UU. es algo más bajo que en España, existen alternativas como elegir asignaturas allí de un curso superior o tener claro, desde el minuto uno, que a la vuelta tendrás que apuntarte a una academia, sobre todo si vas a cursar 2º de bachillerato en España. Lejos de verlo como un hándicap, exalumnas como Daniela (1º bachillerato – Indiana) agradecen que esta oportunidad le haya permitido presentarse al examen oficial C2 de Cambridge para conseguir su título oficial de acreditación de inglés a su vuelta a España. Otros alumnos, como Raúl (4º ESO – Alaska), recordaban que al final tu año en Estados Unidos no deja de ser una inmersión cultural y ha de verse como tal desde el principio; teniendo en cuenta que, aunque vayas a clases, tu experiencia se podría comparar a un año cargado de aprendizajes vitales.

La misma Beatriz contaba que decidió desafiar sus temores académicos al elegir cursar 1º de bachillerato en Washington por cómo afrontaría el 2º de bachillerato en España; sobre todo, por la necesidad de conseguir una buena media para su ingreso en la universidad. Lo cierto es que conseguir buenas notas en Estados Unidos es sencillo si haces los deberes y participas en clase, con lo cual, la única dificultad sería ponerte al día a la vuelta; “pero con voluntad es posible y la experiencia bien merece la pena”, concluía con una sonrisa de oreja a oreja.

Nueva cultura, nueva vida

Por otro lado, Pilar (4º ESO – Mississippi), quiso compartir con los futuros estudiantes una visión más práctica recomendando a los estudiantes llevar una maleta con lo básico, porque, “al final te tienes que traer un año entero en la maleta”. Además, destacó que en Estados Unidos la comodidad prevalece sobre el estilo cuando se trata de la ropa, asegurando que la prioridad de los estudiantes allí es sentirse a gusto, por lo que no deben obsesionarse con la apariencia externa ya que “nadie va a juzgar tu forma de vestir”. 

Del mismo modo, Pilar recordó que la comida suele ser un foco de conflicto porque no tiene nada que ver con la alimentación que llevas en España. Las frutas y verduras que aquí evitas, allí terminan echándose de menos; con lo cual te haces más consciente de su importancia en tu nutrición y terminas comprando tú mismo esos alimentos. “De esto aprendes a valorar lo que tus padres te ponían en la mesa y vuelves con unas ganas locas de comerte un puré de verduras”, decía Pilar entre risas. 

Por último, Daniela (1º Bachillerato – Indiana), con una visión más general, instó a los jóvenes a disfrutar de cada minuto de su año escolar en Estados Unidos, porque “es algo que solo podrás vivir una vez en tu vida”. Además, hizo hincapié en que los cambios no deben ser vistos como una carga, sino como una oportunidad de crecimiento personal. Su enfoque inspiró a los futuros estudiantes a abrazar las diferencias culturales y querer aprovechar al máximo la oportunidad de expandir su conocimiento y perspectivas ante el que será “el mejor año de sus vidas”. 

Todas las experiencias de los antiguos alumnos tenían en común que lo primordial es mantener la mente abierta y no dejarse consumir por la incertidumbre, recordando que todas las experiencias son valiosas y pueden enseñarnos lecciones importantes. Estos consejos llegaron a cada uno de los futuros estudiantes y sus ganas de empezar la aventura cuanto antes llenaron de expectativas la sala.

La reunión terminó entre aplausos y con la sensación generalizada de que lo mejor está por llegar. Sin duda, la experiencia será inolvidable para todos y cada uno de los futuros estudiantes que han confiado en CIDI su aventura estadounidense.