Durante el programa, los alumnos se alojan en una familia inglesa, en habitación compartida con otro estudiante de diferente nacionalidad (dependiendo del número de alumnos que haya en la escuela), siendo el único hispano hablante.

Esto permite, además de la práctica del inglés durante todo el día, la inmersión total en la cultura del país. Hay todo tipo de familias que participan en el programa: con o sin hijos, pueden ser más jóvenes o mayores y tener distintas afiliaciones religiosas; todas ellas han sido supervisadas previamente por el responsable de familias de la escuela local.

El régimen de comidas es de pensión completa. El desayuno y la cena tienen lugar con la familia, mientras que a la hora del almuerzo el estudiante es provisto de un “packed lunch” que tomará en el colegio.