Quien visita Irlanda se queda literalmente “enamorado” de un país que, para sorpresa de muchos, posee muchos más encantos que sus característicos paisajes verdes. Por ejemplo, muchos de los jóvenes españoles que deciden estudiar en Irlanda se dan cuenta en poco tiempo que las costumbres irlandesas y las nuestras no son tan distintas como pudiera parecer en un primer momento.
Carácter irlandés
Muchas personas, por desconocimiento, tienden a identificar el carácter irlandés con el de su vecinos ingleses, y esta es una de las primeras sorpresas que suelen llevarse los que llegan a “la bella Eire” para estudiar inglés en verano. Los irlandeses son alegres, afables y optimistas, y tienen un sentido del humor que les lleva a conectar enseguida con los extranjeros. Al igual que a los españoles, les gusta mucho hablar y compartir tertulias (en su caso, el punto de reunión por antonomasia son sus característicos pubs). La afición a la cerveza es otro punto que irlandeses y españoles tienen en común. En nuestro caso, las cañas y en el de ellos, las “pintas”, pero siempre en compañía de los amigos. Y es que la sociabilidad es otra de las características que comparten irlandeses y españoles.
Al igual que ocurre en España, el deporte da pie a acalorados debates. A diferencia de España, dónde el fútbol es el deporte rey, los que están haciendo un programa de inglés con inmersión en Irlanda comprueban que en este país el hurling y el fútbol gaélico constituyen un auténtico fenómeno que lleva a que se paralice el país cuándo se celebra algún partido relevante.
La población irlandesa es de tradición católica y por ello comparte muchos de los días festivos y también algunas tradiciones que se celebran en España. Por otro lado, el clima irlandés es muy parecido al de algunas regiones del Norte de España y la música “typical irish” tiene como protagonista absoluta la gaita, al igual que ocurre en Galicia y Asturias.
Genética del norte de España
Una curiosidad: un famoso genetista, el doctor Bryan Sykes, realizó un exhaustivo análisis de las características genéticas de los irlandeses (y también, de los británicos) y llegó a la curiosa conclusión de que éstas coinciden con las de los pescadores celtas del noroeste de España (gallegos y asturianos) que emigraron hace unos 6.000-8.000 años. Por tanto, las similitudes puede que tengan un fundamento sólido, tal y como recogió este experto en su libro “Blood of the Isles”. Por todo ello, se puede decir que los estudiantes que quieren aprender inglés en verano y se deciden por estudiar en Irlanda se encontrarán prácticamente “como en casa”.
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