En los últimos meses, Australia ha experimentado un espectacular aumento en cuanto a la demanda de estudiantes interesados en pasar un año en este país trabajando y/o estudiando inglés.
Los destinos más populares entre los españoles han sido hasta ahora Inglaterra, Irlanda o Malta, pero la saturación de estos ha supuesto el auge de otros lugares como Australia, Canadá, Nueva Zelanda e incluso Sudáfrica, acercándose cada vez más a las cifras de Estados Unidos, el destino por excelencia y tradicionalmente más solicitado. Los datos del Departamento de Inmigración y Protección Aduanera del Gobierno, desde 2008, se ha cuadruplicado el número de estudiantes que viajan al país oceánico, no tan típico para los españoles.
Australia es un lugar famoso a nivel mundial por varios aspectos. Dos de sus ciudades principales, Melbourne y Sidney, llevan varios años consecutivos situándose entre las 10 mejores ciudades del mundo para vivir. Sus paisajes, la riqueza de sus tierras, la multiculturalidad y amabilidad de su gente, sus más de 10.000 playas y su fauna lo convierten en único. Sin embargo, hay otro aspecto en el cual este hermoso continente ha destacado en las últimas décadas, como es la educación.
¿Por qué elegir Australia?
Australia es líder mundial en formación. Más de medio millón de estudiantes de más de 200 países diferentes eligen una de sus ciudades para estudiar cada año, además de por su competitividad y flexibilidad, por el alto reconocimiento de sus titulaciones a nivel internacional.
En Australia, las escuelas y universidades son supervisadas, tanto por el Gobierno como por diferentes representantes del sector privado, en busca de mejoras en calidad educativa. Un país con gran reputación en innovación, creación y adopción de nuevas tecnologías en diferentes áreas.
Los graduados en Australia cuentan con una alta tasa de éxito a la hora de conseguir trabajo y desarrollar sus carreras por todo el mundo. Esto se debe a que el sistema educativo se esfuerza por consultar con el sector empresarial a la hora de desarrollar sus programas, de modo que sean relevantes y logran resolver las necesidades reales del mercado laboral. También es importante mencionar el alto coste que supone vivir y estudiar en Australia, pero hay que destacar que este es considerablemente más bajo que el de otros países como Inglaterra y Estados Unidos. Australia es de los pocos países fuera de la Unión Europea en los que se puede trabajar legalmente si se viaja como estudiante. El visado de este tipo se concede para cualquier curso intensivo que supere los 90 días. De otra forma, conseguir un visado de trabajo no es fácil y, para lograrlo, se necesita que una empresa con sede en Australia muestre interés por los servicios que uno pueda ofrecer y gestione los papeles.
Los estudiantes internacionales pueden trabajar hasta 20 horas semanales, mientras estén matriculados en algún curso, y a tiempo completo durante las vacaciones, lo que les sirve para reducir costes y ganar una valiosa experiencia. El salario mínimo en este país es de unos 54.000 dólares anuales. Una remuneración imposible en España para profesiones cualificadas, aunque los precios del alquiler y la vida en general va acorde con este nivel por lo que, como hemos dicho, son bastante altos. Al completar una licenciatura, maestría o doctorado es posible alargar la estancia en el país trabajando durante dos años más mediante el programa ‘Post Graduate Visa’ del Gobierno. Australia ha sido un destino popular para miles de estudiantes internacionales durante muchos años, por lo que las instituciones han ido forjando una gran experiencia en la atención de estos. Consideran de gran importancia asegurar una buena experiencia y una rápida adaptación para aprovechar al máximo los estudios. El Gobierno australiano ha establecido leyes que otorgan garantías a los estudiantes durante su estancia. Una amplia protección para los internacionales a través de la ley ESOS, garantía de que las instituciones educativas operan siguiendo ciertos estándares de enseñanza, instalaciones y servicios. Australia se sitúa ya como el tercer país más popular entre los estudiantes internacionales. El número total de alumnos matriculados llegó a más de 500.000 en julio de 2015 y ha tenido una tasa de crecimiento del 6% anual en los diez últimos años. Una economía de servicios que ha sabido potenciar el sector de la educación, convirtiéndose en uno de los más dinámicos y su tercera industria de exportación. En total, hay un 29,1% de estudiantes extranjeros. El 90% de ellos va a pasar una temporada entre 9 y 12 meses, pero muchos combinan su curso de inglés en Australia con estudios superiores a posteriori con el fin de alargar su estancia al máximo.
Los estudiantes españoles con ‘Visado de Estudiante’ en 2015 fueron 5.710, de los cuales 2.974 estudiaron un programa de inglés llamado English Language Intensive Courses for Overseas Students (ELICOS). Un destino elegido por su exotismo, su bajo paro, las oportunidades que ofrece y la calidad educativa.