¡Tu familia anfitriona estará deseando conocerte! Pero antes de emprender tu nueva aventura, te dejamos una serie de consejos que pueden ayudarte:

Regalito de bienvenida: ¡No te compliques! Algún detallito típico de tu país seguro que les encantará.

¡No te quedes con dudas! Pregúntales todo lo que necesites, pon en práctica tu inglés sin miedo a equivocarte. Recuerda ¡estás aprendiendo!

Eres uno más de la familia: Apúntate a todo, colabora en las tareas del hogar,  adáptate a sus horarios y aprende de su cultura. Allá donde fueres, ¡haz lo que vieres!

El verano pasado tuve la oportunidad de hospedarme en casa de una familia irlandesa. Al principio tenía muchas dudas, me daba miedo no entender bien el idioma o sentir que podía ser un estorbo para ellos. Asusta pasar un verano alejada de tu familia y amigos.

Ojalá alguien me hubiese dicho, que los domingos pasarían a ser mis días favoritos, porque tocaría desayunar huevos a la plancha y bizcocho recién hecho en casa de “Nana”, que los jueves, al caer el sol, encenderíamos una hoguera en un rinconcito del jardín para quemar mashmellows y contar historias.

Y aunque el tiempo acompañase pocas veces, las mañanas en la costa haciendo surf, las visitas a castillos abandonados, atardeceres a orillas del Atlántico y grutas cerca de los acantilados, harían que cualquier tormenta de verano mereciese la pena.