Cuando alguien me pregunta qué significa para mí ser Monitor de CIDI en un grupo de verano, siempre lo explico de la misma manera. Ser Monitor es una aventura, donde la diversión siempre está garantizada. Es como viajar a la India, o lo aborreces o te enamora, no hay término medio. En mi caso, con ocho años de experiencia en la mochila, cada verano sigue siendo un nuevo reto por el que espero con impaciencia todo el año, y se me hace muy difícil imaginarme un verano sin viajar con un nuevo grupo de estudiantes. Es un trabajo al que tienes que enfrentarte con ilusión, ganas y decisión. Ten en cuenta que trabajas con adolescentes de entre 14 y 18 años y son pura energía en movimiento, ¡vaya que si lo son!

Cuando te planteas trabajar en esto tienes que hacerlo con una actitud muy positiva, una mentalidad muy abierta y con ganas de darlo todo. Me explico. La actitud positiva como en cualquier trabajo es fundamental, necesitas transmitir a diario esa energía a los chavales y a la gente con la que trabajas, que se note que disfrutas con lo que haces y que estás seguro y cómodo haciéndolo. La mentalidad abierta es otro de los grandes pilares, no solo por el hecho de viajar a otro país con costumbres, idioma y formas de ser diferentes, sino que también cada uno de los estudiantes con los que convivirás tendrá costumbres e ideas diferentes a las tuyas y debes tenerlas en cuenta. Cuando hablo de darlo todo, me refiero a que tu implicación con tu grupo de estudiantes debe ser lo máxima posible. Para ellos no solo vas a ser un Monitor, también serás la única persona a la que recurrirán si tienen un problema, y es bueno que te ganes su confianza cuanto antes para que sepan que pueden contar contigo. ¿Cómo conseguir que confíen en ti? Muy sencillo, siendo tú mismo y sobre todo siendo auténtico. Los chavales notan enseguida cuándo alguien es auténtico y cuándo no. No es difícil, solo es cuestión de intentarlo y dejarse llevar, merece la pena.

Con el transcurso de los años, para mí ha resultado un enorme orgullo ver como nuestra familia de Monitores se consolida y aumenta y más aún que algunos de aquellos chavales que viajaron contigo hace años, se convierten en compañeros de trabajo y aventuras como Monitores. ¡Ese es el espíritu de CIDI! ¿Te apuntas?